miércoles, 20 de mayo de 2015

El sombrerón

El sombrerón es un personaje mitológico dentro de las leyendas de Guatemala. Tambien se le conoce
como Tzitzimite.

Está representado como un personaje de corta estatura que lleva un enorme sombrero, y da serenatas
a las mujeres para que se vayan con él formando parte de la amplia gama de almas perdidas de este
personaje.

Tiene una guitarra y viaja en una mula (según versiones viaja en caballo) que lleva carbón. Está vestido
de negro y lleva un cinturón grueso y brillante. La tradición dice que es un ranchero del norte de
México que canta rancheras y enloquece a todos, especialmente a las mujeres, que se quedan
encantadas con su sombrero.

El sombrerón aparece al anochecer y recorre los barrios de la ciudad. Cuando ve a una mujer amarra
su mula, coge la guitarra y comienza a cantar y bailar.

Las leyendas de sombrerón son muchas y variadas, pero la base de ellas podría ser la siguiente:





En uno de los barrios de la ciudad vivía una joven 
hermosa, con pelo largo y grandes ojos de color 
negro. Tal era su belleza que todos los jóvenes del 
lugar querían conquistarla, pero ninguno conseguía 
hacerlo. Un día al anochecer, se asomó a la ventana 
y vio aparecer a un hombre pequeño que portaba 
una guitarra. Este hombre, al verla tras la ventana, 
quedó maravillado por su belleza y comenzó a tocar
 canciones con su guitarra. La joven quedó hipnotizada 
desde la primera nota que escuchó. Este hecho no pasó 
desapercibido por los padres de la muchacha, y llamaron 
al sacerdote para que bendijera la casa y así poder librar
a su hija de ese hechizo. Pero no lo consiguieron. 
La muchacha no comía ni dormía, y no podía apartar su 
mente de la música. Finalmente, los padres muy preocupados 
por su salud, llevaron a la joven a la iglesia, le cortaron el pelo y así consiguieron que ese hombre 
dejara de molestarla.


Hay quienes afirman haberlo visto muchas veces confundido entre las sombras del bosque. Y otros
afirman que el sombrerón es un hombre pacífico que no se mete con nadie, exceptuando a los
borrachos y maleantes.



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