“Los Rezadores de la Noche en Antigua Guatemala y Guatemala“.
Esta es otra vieja historia de la Ciudad. Los Rezadores de la Noche aparecen únicamente en los barrios de Candelaria, la Recolección, Santo Domingo y la Parroquia vieja.Los rezadores de la Noche vagan errantes rezando por las calles estremeciendo a los pobladores. Según cuenta la leyenda ellos aparecen el primer viernes de cada mes; se pasean por las banquetas con sus túnicas negras y llevan consigo unas candelas en sus manos, se les oye una rezadera que hasta te pueden volver loco, CUIDADO!! no salgas a ver, ellos te pueden ganar.
La caminata invisible de los rezadores la puedes sentir, los perros anuncian su llegada con sus aullidos, esos aullidos de lamento que te estremecen hasta los huesos. Según la tradición advierte que cuando el fúnebre cortejo pasa recorriendo las calles de la ciudad, visitando hoteles yrestaurantes o cualquier tienda que en esas calles se encuentran, deben cerrar sus puertas y si sales a verlo, uno de los rezadores llega contigo y te entrega una de sus candelas (algunas veces son dos); y te pide que se las guardes, y te dirá que el pasará por ellas a la siguiente noche. Eso sí: el te advierte de una vez que debes colgar las candelas en la cabecera de tu cama. Al otro día, lo que aparece en lugar de cada candela es un hueso fémur”.
Al suceder eso ya no hay salvación. Sin embargo, el castigo no se realiza en ese mismo instante, se lleva durante un tiempo de reflexión. Queda solo una opción, ¡Si solo una opción!, es la de recurrir a prácticas mágicas para librarse del maleficio. Cuando uno ya ha visto a los rezadores y le han dado las candelas, hay un dicho que dice “ya se lo llevó a uno la que lo trajo” y para salvarse de ello, lo que hay que hacer es salir a esperarlos en el mismisimo lugar donde se le vio, pero debes ir acompañado con un niño en brazos, sólo así las candelas no se vuelven huesos y se les puede devolver a los rezadores, pues la inocencia del niño tuerce la maldad de estos espíritus.
Para librarse de una vez y por todas de esos espíritus hay que pedirle a un sacerdote que eche agua bendita en las calles donde ellos transcurrieron, pero como son bien “Fregados” se les han oído en otros barrios. A uno por andar de shute en el buen chapín siempre le va mal por andar viendo lo que no le corresponde, pero ahora ya sabes la solución a esto. La calidez e inocencia del niño sirve como un escudo protector contra la maldad y los Rezadores no pueden resistir a esta inocencia y el hechizo queda roto
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